FULGOR
DE ESPIGAS
EPÍGRAFE:
“Mujer el mundo está amueblado por tus ojos.
Se hace más alto el cielo con tu presencia.
La tierra se prolonga de rosa en rosa,
y el aire se prolonga de paloma en paloma”
(Vicente
Huidobro- Chile-1893-1948)
De la misma manera podríamos preguntar por qué cantan los pájaros y
por qué nos gustan tanto sus trinos. Natural es que aquellos que tienen amor a
la música amen igualmente los buenos versos. Uno de los sentimientos más nobles
de la naturaleza humana es el sentimiento estético. Este sentimiento de lo
hermoso y elevado nos dignifica, ennoblece, y ha contribuido considerablemente
a impulsar nuestra civilización. De jóvenes le tomamos a la vida más gusto y
afición que de viejos, y así el amor a la poesía, en nuestra juventud, es tan
natural como el gusto de los sonidos gratos al oído, del perfume de las flores
y de los maravillosos juegos de luz de una puesta de sol. La poesía expresa,
con insuperable viveza y animación, cuanto tiene la naturaleza de gloriosa. No
hay medio de expresión que iguale en intensidad a1 lenguaje que hablan
los poetas. Una espléndida puesta de sol nos emociona, cuando la vemos con nuestros
propios ojos; nos emociona también si nos la ofrece un artista reproducida por
sus pinceles; pero nos emocionará más si la encontramos descrita por un buen
poeta; pues éste, sirviéndose de la magia de su lenguaje, usando las palabras
más bellas, insinuantes y musicales, nos hará ver el crepúsculo y sus
pormenores que antes se nos pasaron inadvertidos; y el mismo espectáculo
grandioso se reproducirá en nuestra fantasía, además de bello, elocuente. Esto
solo puede conseguirlo el poeta, que sabe dar luz y música a sus palabras. Por
eso, volvemos a decir que quien no haya sentido nunca el amor a la poesía,
desconoce uno de los placeres más legítimos y más grandes que puede ofrecer la
vida. Una de las cosas que hacen al hombre superior a la bestia es este poder
de percibir e interpretar las maravillas de la naturaleza, descubriendo las
secretas relaciones que unen a los seres todos del orden físico, intelectual y
moral. Bendigamos, pues, a la poesía y a los hombres que supieron y saben
expresar sus sentimientos poéticamente; porque ellos serán nuestros amables
compañeros en horas de soledad y meditación, dulcificando nuestra propia
melancolía con la música de sus versos. Serán los poetas nuestros mejores
amigos si nosotros lo somos de ellos, y con sus nobles palabras consolarán
nuestro dolor y nuestras dudas en los momentos de desaliento, que ningún hombre
logra evitar. Amigos, empecemos a leer las obras de nuestros
poetas de la región Junín, del país y del mundo.
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