REFORMA DE LA EDUCACIÓN TÉCNICA EN EL
PAÍS ES URGENTE
La mala educación
·
La reforma de la educación técnica en el país es urgente.
Carreras como la de Técnico en Enfermería son de las más populares pero, al
mismo tiempo, de las peores pagadas. Los jóvenes no estudian lo que el mercado
necesita. En los próximos días el Congreso debe aprobar la ley que ordenará el
sistema de una buena vez.

Una
de las cosas que más le llamó la atención al congresista Daniel Mora cuando
visitó Tingo María, hace dos años, no fue La Bella Durmiente, la impresionante
cadena montañosa que se extiende junto a la ciudad. Tampoco fue el aromático
café ni el sabroso cacao que se producen en estas tierras. Lo que más lo
sorprendió fue conocer el único instituto tecnológico de la ciudad y enterarse
de que la carrera técnica con más estudiantes no era ninguna vinculada a la
agricultura, la principal actividad económica del lugar. La carrera técnica con
más estudiantes era Secretariado.
-
Los productores tenían que contratar técnicos extranjeros. Ese instituto debía
de estar enseñando tecnología para producir frutas, flores de exportación. Pero
enseñaba Secretariado- dice.
Durante las visitas a cerca de 400 institutos
superiores del interior que realizó a lo largo de año y medio, durante su
gestión como presidente de la Comisión de Educación del Congreso, ese fue solo
uno de los numerosos ejemplos que encontró de la desconexión entre la oferta
educativa de estos centros de enseñanza y la demanda de los productores y las
empresas nacionales.
Encontró
desconexión, “falta de pertinencia” –como le llaman los especialistas– pero,
también, otros problemas, como instalaciones en condiciones lamentables y mucha
informalidad. En Amazonas, por ejemplo, visitó un centro de educación técnico
productiva (un CETPRO) que dictaba clases en una cochera y tenía un solo
profesor: la propia directora, que llevaba la máquina de coser, las tijeras y las
telas de su casa para enseñar a sus alumnas.
Quizás lo más triste de todo fue ver el estado
de los equipos. Equipos de 40 años de antiguedad o, en el mejor de los casos,
de la época del gobierno militar, donados por Canadá, Alemania o Hungría, que
en el transcurso de los años nunca recibieron el mantenimiento adecuado. Fue
increíble para el legislador ver cómo en una época en la que se producen cada
vez más vehículos computarizados, había institutos que seguían enseñando
mecánica automotriz con motores de los años 60.
–El
país perdió 40 años de tiempo valioso al no atender la preparación de nuestros
técnicos– dice. –Hemos descuidado totalmente el equipamiento y la preparación
de los docentes.
Los
datos son elocuentes.
De
acuerdo al censo escolar de 2014, en el Perú hay 1,024 institutos de educación
superior. El 77% de ellos son tecnológicos y el 19%, pedagógicos (el 4%
restante son escuelas de formación artística). Hay en ellos 389 mil estudiantes
matriculados. Parecen muchos, pero no lo son tanto si reparamos en que los
universitarios superan el millón. Es decir, la proporción es dos universitarios
por cada técnico. En países industrializados como Alemania, la proporción es
cuatro técnicos por cada universitario. Los técnicos hacen andar las cadenas
productivas. Son el motor de una economía que crece.
Hay
400 mil muchachos estudiando carreras técnicas pero muchos de ellos nunca las
ejercerán. De los 2.3 millones de peruanos que hasta el 2011 habían seguido una
carrera superior técnica, menos de 350 mil, es decir menos del 15%, las
ejercían, según un estudio sobre la demanda laboral de técnicos presentado por
el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad
Educativa (Sineace) en diciembre pasado. El 85% restante trabajaba en otra cosa
o, simplemente, no trabajaba.
Una
de las razones que explica esto es, evidentemente, la desconexión entre lo que
estudian los jóvenes y lo que requiere el mercado.
De
acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de 2011, la carrera técnica
con más estudiantes es Técnico en Enfermería (12.7% del total). Le siguen
Computación e Informática (10.2%), Docente de Educación Primaria (9.5%),
Mecánica automotriz (7.1%), Ciencias Contables (6.7%) y Docente de Educación
Secundaria (4.6%). Más de la mitad de los técnicos que están trabajando
estudiaron una de estas seis carreras. Por alguna razón, son –o, por lo menos,
fueron hasta hace muy poco– las más atractivas para los jóvenes.
Lo
increíble es que cinco de las diez carreras técnicas con mayor número de
estudiantes están entre las que tienen los salarios más bajos. El caso de la
carrera Técnico en Enfermería es insólito: es la más popular entre los jóvenes
pero es, al mismo tiempo, la que tiene los peores sueldos: 1,014 soles en
promedio, según los datos del portal Ponte en carrera, auspiciado por los
ministerios de Educación y de Trabajo.
Las
otras carreras con muchos estudiantes y bajos Secretariado, Educación Primaria
y Contabilidad.
En
el otro lado del espectro están las carreras más demandadas por el mercado. La
mejor pagada en este momento es Técnico en Arquitectura y Urbanismo. Le siguen
Técnico en Ingeniería Minera, Metalurgia y Petróleo, Técnico en Ingeniería
Civil y Técnico en Marketing, según el portal Ponte en carrera. Por supuesto,
cada región debe de tener su propio ránking. Las regiones con agroexportación
demandarán técnicos preparados en esta actividad productiva. En lugares como
esos, estudiar Secretariado, Educación Inicial o Contabilidad probablemente no
sea muy rentable.
DOMINAR LAS MÁQUINAS
La
Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior que ha dictaminado la
Comisión de Educación del Congreso busca ordenar el sistema de una vez.
Uno
de los principales cambios que introducirá será la creación de una entidad,
llamada Educatec, que planificará y organizará la oferta de los institutos
superiores públicos de acuerdo a las necesidades de las regiones. En cada
región habrá un comité consultivo en el que representantes de los sectores
productivos y de las instituciones especializadas opinarán sobre lo que deben
enseñar estos centros. De esta manera, no habrá sobreproducción de secretarias
en medio de campos de cultivo.
Con
esta ley se crearán institutos de educación superior, que enseñarán carreras de
tres años y 120 créditos, y escuelas de educación superior, de cinco años y 200
créditos, similares a las universidades (pero sin estudios generales). Estas
escuelas de educación superior serán tecnológicas o pedagógicas. Otorgarán los
grados de bachiller y de licenciado y, previa acreditación, también los de
maestro y doctor.
Pero
quizás lo más novedoso es que esta ley permitirá el tránsito fluido en toda la
cadena estudiantil. Un muchacho que cursó un año en un instituto de educación
superior y tiene 40 créditos aprobados podría decidir estudiar en una escuela
de educación superior tecnológica o en una universidad y sus 40 créditos le
serán reconocidos sin problemas.
Daniel
Mora cree que con esta norma, que constituye un verdadera reforma en la
educación nacional, como lo fue la reciente ley universitaria, el país tendrá
los técnicos que necesita para seguir desarrollándose. Ingenieros mecatrónicos,
aeronáuticos, navales. Expertos en nuevas tecnologías agrícolas o ganaderas.
Técnicos que dominen todo tipo de máquinas. Que sepan hacer las cosas.
ALGO
MAS
El
último jueves, la Ley de Institutos no pudo ponerse a votación en el Pleno
debido a que el presidente de la Comisión de Educación se ausentó. Mora espera
que la votación se produzca en la próxima sesión plenaria. El país descuidó
durante varias décadas a la educación
superior técnica. Y no puede perder más tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario